“Si bien es un delito menor para el criterio fiscal, estos entran y salen como si nada”, cuestiona la nueva víctima de los trapitos de Resistencia. La señora hizo la denuncia porque gracias a una cámara de seguridad de la zona en dónde estacionó su vehículo pudo identificarlo. La causa está en Fiscalía 1.

Pero lamentó: “La política es notificarle el expediente y soltarlos. Una vergüenza. No solo deberían prohibirlos, sino imputarlos, pero acá tienen gremio y les pagan. Mi pregunta es ¿A quién le hago la factura? ¿A Capitanich? ¿A la Fiscalía o al sindicato NN de trapitos?”

El hecho tuvo lugar en San Martín 345, en el video al que accedió NOVA se ve bien a este trapito abusivo rayando en la parte trasera el auto de esta vecina que le dijo “no” ante la pregunta de si podía cuidarlo.

El delito es menor, pero es un daño y al no haber castigo lo siguen haciendo. ¿Hasta cuándo?

Encima, y como si fuera poco, es un auto comprado con un Plan de Autoahorro cuya cuota está por las nubes debido a que la IGJ no controla y las terminales automotrices junto a las administradoras y las concesionarias están haciendo abuso de poder dominante empobreciendo aún más a los adherentes que superan el millón de damnificados en el país.

¿Legalizarlos Coqui?

Esta situación y otras que se repiten a diario causan indignación en los resistencianos. Los trapitos se apoderan de las veredas, molestan a la gente, los intimidan, dañan la propiedad y casi siempre son patoteros.

Esto lo permitió el intendente de Resistencia Jorge Capitanich con su idea de “legalizarlos”. Su idea surgió en agosto de 2016. El jefe comunal impulsó ese año su plan de trabajo y regularización de cuidacoches que prestan servicios en la ciudad y para los cuales propuso un proceso de registro e identificación. ¿Será el intendente el que pague los daños que estos trapitos hacen en la ciudad e incluso de los bienes de los vecinos?