VIDEO | Marcel Czombos: "En Coronel Du Graty me di cuenta de que quería hacer cine"
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El cineasta Marcel Czombos volvió el pasado jueves 23 de enero a su pueblo natal para presentar su más reciente film, “El Mundialito”, seleccionado en We Care Film Festival en Nueva Delhi (India); en una cita que se llevó a cabo en la Casa de la Cultura. Tras esa presentación del documental que acompaña a la Selección Argentina de Talla Baja en la Copa América 2022, Czombos dialogó en exclusiva con NOVA.
Nacido en Coronel du Graty, en 1974, Marcel es un director, comunicador social y profesor de cine. Fue director del Departamento de Cine de la Subsecretaria de Cultura de la provincia de Corrientes en 2005. Ha dirigido Chaco aborigen (1995), El campo de pie (1999) sobre las Ligas Agrarias en los setenta, Constitución (2000), A lo chamamé (2005) que retrata la Fiesta Nacional del Chamamé, ¿Se ecucha? (2005) e Isabel la criolla (2018), con este último ganó el premio DocTV Latinoamérica por Argentina en el año 2018 y en 2019 participó de los Premios TAL y del Quetzalcóatl Indigenous International Film Festival; y el documental sobre la Tragedia del Chamamé ocurrida en Bella Vista (Corrientes) 8.9.89.
Czombos, radicado en Corrientes, lleva adelante desde hace más 10 años el Festival Internacional de Cine Guácaras, en Santa Ana de la vecina provincia, donde se seleccionan obras inéditas entre cortometrajes, animaciones, documentales y ficciones. El mismo es libre y gratuito, y exhibe películas de Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina.
La voz de Marcel llega viva, alegre, con un entusiasmo envidiable de alguien que siempre está en tránsito. De un lugar a otro. Hace 30 años en Coronel Du Graty había presentado junto a su hermano Yoni Czombos el film Nuestra identidad.
"Aquel hecho fue condicionante para mí a la hora de seguir haciendo cine. Sin forzar nada en Du Graty me di cuenta que quería hacer cine", afirma y su voz llega inundada de emoción. "La reacción de la gente que se emocionó, que lloró y también pudo reír viendo el documental fue un gran estímulo. Sin saberlo eso me condicionó como director amateur. Aquel hecho hoy lo tengo presente porque me llenó de nafta para seguir adelante, sin eso hubiera sido imposible. Mi pueblo es mi nafta y por ello es un honor volver a mostrar el cine que estoy haciendo".
En ese contexto, Marcel reflexiona sobre la actualidad de la producción cinematográfica en el NEA, en relación a los grandes centros que concentran el mercado: "Es un gusto compartir con la gente que te vio crecer, no hay lugar para la careta. Estamos acostumbrados a que cuenten nuestras historias desde el centralismo porteño, es como cuando narran la historia de Argentina desde Hollywood. Se puede mostrar, con muy buena calidad, las historias del interior con actores, directores, guionistas del lugar desde donde se narra. Por ejemplo, estoy en un proyecto que cuenta la historia de Buenos Aires desde el interior, si ellos nos narran a nosotros desde un escritorio, nosotros también podemos hacerlo".
A lo que agregó: “El cine sigue siendo la plaza. La acción o la actitud de ir a ver algo ya te predispone de una manera diferente. La mayoría de los festivales piden exclusividad y esa exclusividad se hace extensiva al público que pueda acompañarnos. Para mí eso es un regalo del cielo que la gente quiera ver algo mío. No soy un genio. Desde el cine aporto una mirada y que la gente quiera ver este film hace muy bien. No me olvido nunca de dónde salí”.
En cuanto a su último film “El Mundialito”, cuenta: “Este film ya participó en 18 festivales internacionales. Estamos en México, por suerte anda por todos lados. Es un honor para mí haber recibido la invitación de la municipalidad de Du Graty en el marco del aniversario del pueblo. Es un honor seguir poniendo los pies en mí pueblo. Mi madre vive a 50 metros de la casa de la Cultura donde se proyectó ´El Mundialito´. Todo esto es como volver a casa. En el decir Martin Heidegger, vuelvo ´al lugar donde verdaderamente soy´. En uno de los lugares donde soy verdaderamente es en Du Graty".
Vale remarcar que el 15 por ciento de la población mundial sufren algún tipo de discapacidad, la acondroplasia es un trastorno del crecimiento de los huesos que ocasiona el tipo más común de enanismo y lo tiene 1 cada 40.000 personas en el mundo y que aún hoy causa risa y genera bullying. Facundo (Argentina), Julio (Paraguay), Vinicius (Brasil) y Fabián (Perú) son los capitanes de los seleccionados de Fútbol de talla baja de sus países y viven en un mundo pensado solo para personas promedio, a partir de ellos conocemos la acondroplasia y también sus ilusiones por dar la vuelta olímpica con la copa del Mundialito en alto.
“En Mundialito ofrecemos una imagen más activa de las personas con discapacidad. Ni víctimas ni héroes. Abordar la información desde un enfoque contextualizado. Se dejó atrás el enfoque más médico, proteccionista, rehabilitador, personas que son sujetos de cuidado. En base a la igualdad, la autonomía y la equidad, es la sociedad la que limita y condiciona a las personas, no su discapacidad”, refleja Marcel.
Lo cierto es que “el cine y la televisión ha tratado a las personas de baja talla de forma muy desigual, fomentando prejuicios, presentándolos como seres marginales, deformes, malvados y otras como el bonachón incapaz de hacer daño a nadie. Nadie plantea el sentido que verdaderamente tienen y lo que aportan a la sociedad, sin embargo, el peor maltrato que sufren en el cine es que no se los ve como a cualquier persona”.
Finalmente, Czombos refleja su pensamiento sobre el cine y lo que se cuenta: “Necesariamente pones tu mirada, siempre uno posee su mirada política, subjetiva. Uno elige preguntar ciertas cosas, eso es una postura política. Hablar de Rodolfo Walsh ya es todo un desafío por sí mismo, inclusive con la película de la Tragedia de Bella Vista se generaron resquemores, no existe la objetividad plena, no quiero hacer la historia sin ponerme en una vereda”.