La Provincia
¿Se cae a pedazos?

El Hospital Perrando, ese "elefante blanco" necesario pero descuidado

La doctora María Laura Lezcano sería tildada internamente como una personalidad nefasta e hipócrita, que juega con la salud de los chaqueños entre sus manos.

El Hospital “Julio C. Perrando” de la capital provincial es un monstruo enorme, que si funcionara bien y los directores fueran competentes, se estaría frente al “Hércules” sanitario, pero esto no estaría sucediendo. Lo que si vale resaltar, serían los médicos, que tienen el mismo coraje e ingenio de los valerosos “Médicos Sin Fronteras”, que asisten a los que lo necesitan con lo que tienen, con lo que encuentran, solucionan en el shockroom una urgencia.

Suele suceder que los ven tomando una taza de café para mantenerse alerta y la gente los tilda de ineptos y que no les importan los pacientes... Pero el que está tomando su café, le pidió a otro compañero que le consiga un rollo de gasas y deben llamar a insumos, porque se demoran en conseguir ante la falta de los elementos. Los R1 y los médicos del Perrando no están obligados a atender a nadie, lo hacen ya que es una labor que eligieron.

Se ha visto de que están hechos en pleno apogeo de la pandemia, donde han perdido colegas, familiares, amigos y aun así resistían al pie del, hasta entonces, desconocido Covid-19. ¿Por qué mencionamos este hecho? Porque la doctora María Laura Lezcano, por entonces infectóloga y ultra peronista, que años atrás la pasó muy mal por declarar muerta a Luz Milagros por un "simple error", ¿recuerdan el caso? Fue milagroso que al sacarla de la fría morgue, aún haya estado viva…

La infectóloga estrella del Perrando tuvo responsabilidad durante el fragor de la pandemia, habiendo cometido muchos errores, cargando muertes en su haber, gente que por miedo no querría denunciarla públicamente, por lo que se lamentarían en privado. Lo cierto es que cualquier médico puede tener una contingencia y que se le muera un paciente, es doloroso pero real, ahora sí la desidia e incompetencia es parte de ese “cocktail” nefasto, todo se tiñe de otro color.

La doctora oriunda de Las Palmas, por fin habría conseguido lo que quería: una familia (que acarrearía un chantaje sexual para otro capítulo aparte), siendo madre de dos niñas, y permitiéndose veranear todos los años en Brasil, para luego refrescarse en la piscina de su casa, mientras nadie la necesite o ella obvie los llamados.

Actualmente, cómo directora de Hospital Perrando saluda a besos y abrazos en pública al gobernador Leandro Zdero, pero internamente no daría más de cínica, al exigirle horarios imposibles a los R1 y maltratar los médicos, insultándolos todos los días. ¿Será que ese es su método de descarga de su enorme frustración?

No menos importante, vale mencionar que la doctora Lezcano estaba en funciones en el Gobierno cuando fueron utilizados los corralones / depósitos dónde luego fueron encontrados insumos para el combate del Covid-19, equipos de seguridad biomédica y más. Pero, hoy en día, pone cara de sorprendida…

Llama poderosamente la atención la decisión del Ministerio de Salud, a cargo del doctor Sergio Rodríguez, de darle a la doctora Lezcano la dirección del Perrando, siendo reconocida militante K y peronista. Justo un lugar que está que arde, pero que silencian todo.

La doctora Lezcano, si tiene conciencia, debería blanquear la situación sobre los insumos encontrados ya inutilizados, haciendo púbico que habría dejado sin alimentación parenteral a un joven de 21 años en estado crítico, luego de una simple (para ella) respuesta: "Es muy tarde, mañana te abro el depósito".

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