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Permanente asistencia

Prefectura informó que el río continúa en descenso pero el Municipio de Barranqueras sigue con guardias

El municipio informó un total de 360 familias en situación de riesgo, de las cuales 153 se trasladaron a zonas más altas, como el terraplén que va camino al Dique.

La crecida del rio Paraná, que fue vaticinada hace 25 días, repercutió de lleno en localidades costeras que cuentan con familias que habitan la costa por motivos relacionados a llevar adelante la pesca como motor económico.

En Barranqueras, la intendenta Magda Ayala determinó el inicio de la emergencia el pasado 31 de octubre, indicando a agentes municipales la necesidad de realizar un censo de familias en riesgo y una campaña de concientización respecto a la crecida inminente, para poner en alerta a las familias y recomendarles tomar previsiones del caso.

De ese censo, el municipio informó un total de 360 familias en situación de riesgo, de las cuales 153 se trasladaron a zonas más altas, como el terraplén que va camino al Dique. Sin embargo, “tenemos 19 familias que se rehúsan a salir de sus hogares, a pesar de que el agua del rio ya ha llegado a sus hogares a una altura considerable, argumentando que no quieren dejar sus cosas por temor a que sean robadas”, manifestó la intendenta de Barranqueras.

“Estamos trabajando arduamente en la persuasión de estas familias, pero no podemos obligarlos a abandonar su lugar, los entendemos en gran medida pero realmente nos preocupan los riesgos a los que están expuestos por propia voluntad”, dijo por su parte Belén Yurich, quien es Secretaria de Desarrollo Social de la municipalidad.

Así mismo, detallaron que del total de las familias censadas, han sido asistidas 168 ya que el resto, aún no fue afectado por el agua. La asistencia que se realiza con recursos genuinos del municipio abarca nailon, chapa cartón, tarimas, tacuaras y otros recursos para construir refugios provisorios en la cercanía de sus hogares.

“El centro de evacuados estuvo a disposición desde el primer momento”, dijo Magda Ayala, “contamos con el CEF 26 equipado con camas, colchones, ropa de cama, baños y cocina, pero nuevamente nos encontramos con la negativa de las propias familias de salir del lugar”, afirmó. La situación se puede controlar siempre y cuando no se produzcan lluvias, pero ante la instabilidad climática, lo más recomendable es que las familias se retiren de allí para ir al centro de evacuados, pero por el momento se rehúsan a hacerlo.

La asistencia que brinda el municipio también comprende una posta de salud para emergencias que trabaja en conjunto con el personal del Hospital Eva Perón, ollas populares para cada comida del día que se realiza junto a comedores que son provistos de recursos por el municipio, aunque también la solidaridad de la gente y las organizaciones como el Sindicato de Camioneros, también brindan ayuda y muy útil.

La buena noticia del día

La prefectura informó este jueves 16 de noviembre que la altura del rio sigue en descenso, siendo la altura actual de 6, 43 metros, lo que significa que se abandona la etapa de evacuación (6,50 metros) para ingresar a epata de alerta (6,00 metros). Si bien la bajante es alentadora, las guardias permanecen activas y el regreso de las familias a sus hogares aún demanda de más tiempo y de la situación climática.

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