A Celeste Segovia y su marido Mongeló se les terminó la buena vida; ella vende todo: ¿hasta su pizzería cierra?
A Celeste Segovia, hija de Zitto Segovia se le habría terminado el “crédito” y la buena vida por lo que está usando los grupo de compra y venta para “vender todo”. Al parecer ya entendió que el curro con la política se le terminó porque al volver a la actividad privada no podrá dedicarse a lo otro donde no dejó grandes cosechas debido a que habrá una incompatibilidad.
Lejos de la política, por sus “malas alianzas”, las suyas y las de su marido “José Mongeló”, la ahora abogada con estudio jurídico en la calle La Rioja de Resistencia oferta desde un “fondo de comercio”. Se trata de una pizzería ubicada por calle Yrigoyen 252 que no hace mucho tuvo denuncias por contar con roedores en su patio.
Este aviso de Celeste está pago como “publicidad” en la red social. Eso se suele hacer para llegar a más gente con la publicación. En definitiva Celeste puso a la venta la pizzería con el mensaje: “Vendo fondo de comercio gastronómico funcionando…” O bien le afectó la crisis, la pandemia y el no contar más con las huestes del Estado que ahora sólo se dedicará a la abogacía. Sí, cuando ya no se está más viviendo de la plata del otro, comienza el “achique” y es por eso que la exdiputada y su marido que “enganchó” cargos por haber sido “el primer kirchnerista” declarado como tal en el Chaco en los inicios de la gestión de Néstor Kirchner y perdió en grande sus ganas de ser intendente de Sáenz Peña, los “recortes” aparecen y la falta de billetes se sienten.
Pero, no es lo único que vende Celeste en las redes, también oferta elementos de oficinas, al parecer los del exbunker de su marido: sillas, mesa de reunión de directorio, aire acondicionado de pared, sillón dos cuerpo y hasta una cuna.
De verdad que la exdiputada que tiene un hermano perdido y “desconocido” en Buenos Aires que pide cotejo de ADN está en épocas malas, o bien renovó los muebles de su casa y lo viejo al no querer donar lo puso en venta. Otra posibilidad es que al repartir la herencia de ella y sus hermanos quizá buscaría desvincular bienes inmuebles sólo para “no seguir perdiendo” capital. En diciembre puso a la venta hasta su colchón.