En ese marco, Arnaldo Boriz, en compañía de otros vecinos, pastores evangélicos, cura párroco de la Iglesia Católica de Castelli con fecha de este martes piden respuestas, una intervención de oficio de la Justicia, de los tres poderes.

“Presentamos ante la comisaría una denuncia solicitando a las autoridades policiales se le remita de manera urgente al fiscal en turno que corresponda, como así también al juez de Las Garcitas, a los fines de la investigación correspondiente, ante la posibilidad que se esté cometiendo un delito de acción pública”, comienza el pedido.

Los denunciantes expresan “la confusa situación que se ha creado en la comunidad respecto a los insumos supuestamente inexistentes de protección para el personal médico, enfermeros y demás personas que trabajan en el Hospital Bicentenario, como así también cuántas son las camas y respiradores disponibles en Terapia Intensiva para la atención de posibles pacientes con COVID-19, para la atención de una población que supera los 100.000 habitantes son alarmantes. Esto se debe a mensajes poco creíbles de las autoridades provinciales y municipales, como las del director del hospital».

Los vecinos de Castelli piden intervención de la Justicia porque de otros lados no salen las respuestas y porque hacen uso de su derecho de conocer la realidad del Hospital Bicentenario.

Cuentan que escriben la nota “porque el viernes pasado, el canal de televisión TN realizó una entrevista telefónica Adriana Perroni (video con el que cuentan en caso de ser requerido) donde cuenta con lujo de detalles, basados en sus conocimientos médicos de la paupérrima situación del Hospital del Bicentenario, como así también de los defectuosos aparatos de respiración asistida con que cuenta el hospital».

Preocupa que en su denuncia Perroni aclara también que “en caso de ser usados no solo no cumplirán con su rol sino que por falta de un dispositivo de aspiración cerrado, se contagiarán las personas que están a su alrededor como el ambiente”.

La carta tiene cuatro párrafos más y sintetizan su sentir al expresar: “Nos sentimos huérfanos y abandonados por los tres poderes del Estado y de nuestras autoridades locales”. Entienden que “no se está cumpliendo el artículo 36 de la Constitución de la provincia del Chaco que manifiesta la promoción, protección y reparación de la salud de sus habitantes, con el fin de asegurarles un estado de completo bienestar físico, mental y social».

A la espera de una intervención de alguna autoridad los firmantes de la misiva a la que accedió NOVA concluyen: “Que Dios como única fuente de verdad y justicia nos ampare”.

¿Quién miente?

Datos contra relato. El Ministerio de Infraestructura en el marco de la Emergencia Sanitaria asegura que invirtió $421.037.456,46. De los que para el Hospital Bicentenario fue de $15.142.191,43 por “Deficiencias: Deterioro edilicio completo -- Falta de Gases Médicos -- Problemas eléctricos y de iluminación – Intervención: _60 camas de internación común con oxígeno -- 10 camas con gases médicos para respiradores artificiales, refacción de sala de guardias, terapia, quirófanos, acondicionamiento shock-room, accesos, acceso diferenciado COVID”, todo según especificaciones del área que conduce Juan Carreras.

Sin embargo, la ministra de Salud, Paola Benítez, refiere que la inversión fue el doble. “Trabajamos contra el coronavirus y contra la mezquindad de aquellos…” titulo una carta que escribió hace dos semanas para defenderse y defender a Capitanich. Pero, le erró se “robó” 400 millones de pesos. Benítez hace público que “trabajamos en 34 obras de infraestructura sanitaria e invertimos 300 millones de pesos en insumos, más de 400 millones en equipamiento y más de 100 millones en medicamentos”.

Si esta es la verdad, cuál es la verdad, cómo es la verdadera situación del sistema sanitario chaqueño, sin ocultamientos, es lo que los ciudadanos piden que la Justicia certifique a 90 días del aislamiento y con la pandemia todavía en rojo en el Chaco. Alguien alguna respuesta deberá dar. Demostrar que todo “está bien” o reconocer que aún falta algo para evitar más muertes.