Además, se estima que el número total de enfermos por el virus del Zika asciende a 640, dado que una buena parte de la población presenta todos los síntomas compatibles con tal enfermedad (especialmente conjuntivitis seca, ojos colorados, sarpullido generalizado y rosácea en gran parte del cuerpo, dolores moderados de cabeza, de articulaciones y generalizado en todo el cuerpo).

Todos los enfermos de Zika por nexo ya son considerados como pacientes que han contraído tal enfermedad. En definitiva, se ha desatado un intenso brote de Zika en Sauzalito, que podría transformarse en epidemia. Según las pautas y normas de epidemiología, el territorio se trasformó en zona endémica si se considera el total de la población estable, que se estima en 6.500 habitantes, número que se proyectó hace dos años a través de un censo doméstico.

Lo que permite suponer que el total de enfermos de Zika –por nexo y por laboratorio- es de aproximadamente 650 personas, lo que refleja un desastre socio-sanitario. Esto ya había sido adelantado por el Centro Mandela en el documento publicado el martes 16 de marzo, en el link http://www.centromandela.com/?p=19723, oportunidad en que señalamos que se asomaba en la zona el Zika y el chikungunya, que transmite el aedes aegypti.

Sin embargo, el gobierno chaqueño dejó pasar la primavera y el verano para efectuar las acciones de prevención, de concientización de la población, de fumigación y descacharrado, de tal modo que en Sauzalito se generaron las condiciones para la tormenta perfecta que actualmente es el Zika que azota a la población de esa localidad.

Lo que luego sería el brote de Zika en Sauzalito comenzó a principios de febrero. Según el cacique de Fortín Belgrano vio indígenas enfermos con los síntomas de Zika a comienzos de febrero. Algunos de ellos habían estado en Rivadavia (Salta). Pero lo más concreto que se pudo recoger es que a Sauzalito ingresó el Zika desde Juárez (Formosa), ciudad que frecuentemente visitan muchos pobladores de Sauzalito.

Desde estos datos, se pudo establecer que la población comenzó a contraer Zika no autóctono. Como no se trabajó en la prevención y en las fumigaciones, poco después ya se produjeron casos de dengue autóctonos porque ya estaba instalado el mosquito transmisor. Distintas esferas del Estado chaqueño explican que Formosa ocultó el brote de Zika en su territorio y que por eso los tomó desprevenidos, argumento que no resulta serio ni justifica la inacción absoluta.

Además, contamos con un sistema de salud pública absolutamente deshumanizado y desorganizado, en el que la ministra de salud brilla por un dato extraordinario porque parece que ha perdido la noción del dilema vida-muerte, posicionamiento que imitan altos funcionarios del sistema sanitario, quienes se muestran imperturbablemente deshumanizados e indolentes.

Esto pone nuevamente en evidencia que el gobierno falló en materia de prevención. En definitiva, Sauzalito es una floreciente fábrica de larvas y de huevos de Aedes aegypti, que sumado a la falta de programas de prevención oportuna, permite comprender la causa por la que ahora se produjo el brote de Zika en Sauzalito.

El Sistema de Vigilancia Epidemiológica no funcionó. Se les “pasó” varios casos sospechosos, que luego tardíamente llegaron al hospital de Sauzalito, sin poder activar el programa de bloqueo de foco y no salieron en búsqueda y detección temprana de pacientes para luego encarar las fumigaciones y descacharrados. Hasta hace 22 días no efectuaron ninguna acción de contención y búsqueda de pacientes febriles en sus núcleos de contactos y en áreas de referencias.

Tal como ocurrió el año pasado con la epidemia de Dengue en Sauzalito y sus alrededores, el Zika también es un desastre social y sanitario en la misma región. Para diagnosticar y tratar a los numerosos enfermos que contrajeron Zika en Sauzalito, desde el hospital de dicha localidad se mandaron más de 60 muestras de sangre y de orina al laboratorio central de Salud Pública y al de Pergamino, respectivamente.

Ambos laboratorios entregaron pocos resultados, reconociéndose que ha influido en las demoras el intenso nivel de conflictividad que reina en el sistema sanitario público, la insuficiencia de reactivos y de profesionales. Se desconoce el porcentaje de procesamiento de muestras que se ha concretado al cierre de esta nota, por lo que tampoco puede establecerse el porcentaje de personas que contrajeron Zika confrontados con el total de muestras remitidas a los laboratorios.

El Centro Mandela alertó que el Zika llegó a Sauzalito hace tiempo. Se había comunicado sobre los dos primeros casos confirmados y la existencia de muchos enfermos. El primer caso fue el del maestro Mario Corbalán y se sospechó que su esposa contrajo el virus en la ciudad de Juárez (Formosa). Le siguió Estela Argañaráz. Apenas el Centro dio a conocer estos dos casos diagnosticados, inmediatamente el Ministerio de Salud Pública se vio obligado a confirmarlos.

Se estima que es mayor el número de enfermos de Zika del total que maneja el informe del Ministerio de Salud. Esto puede obedecer a dos factores: el primero y más importante es que muchos enfermos no van a la consulta médica porque los síntomas de la enfermedad son leves y no tiene tratamiento, sino que presenta una evolución de aproximadamente hasta diez días. Y el otro factor que podría estar contribuyendo a minimizar el número de casos sospechosos puede ser la manipulación de la información.

Sin embargo, la verdad sobre el ocultamiento podría evidenciarse a partir de diciembre y de los meses siguientes del año que viene si se producen nacimientos de bebés con malformaciones que tendrían relación causal biológica directa con el virus de Zika, que se transmite por vía sexual. En ese caso, Chaco será noticia mundial y no alcanzarán los pretextos ni las explicaciones.

El brote o la epidemia de Zika en Sauzalito quedarán, definitiva e irrefutablemente comprobados, si nacen los bebés con defectos congénitos, incluida microcefalia y otras secuelas, que aunque con dudas científicas incluyen defectos en los ojos, pérdida de audición y trastornos de crecimiento. Es que no se conocen todas las consecuencias en la salud, a largo plazo, de los bebés y niños infectados por el virus del Zika.